La Red Mundial de Ciudades Amigables con las Personas Mayores es un proyecto puesto en marcha por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que nace para responder a dos tendencias de la población mundial actual: el envejecimiento demográfico y el proceso de urbanización.
Junto al envejecimiento de la población, está teniendo lugar un veloz proceso de urbanización. A escala mundial, el porcentaje de personas mayores que viven en zonas urbanas será, en 2030, dieciséis veces mayor al actual. Para ese mismo año el 81,1% de la población española residirá en entornos completamente urbanos. (INE, 2008).
Como respuesta a ambas tendencias interrelacionadas, la OMS promueve el Proyecto Red Mundial Ciudades Amigables con las Personas Mayores (Age- Friendly Cities Project-AFC), con el fin de ayudar a ciudades y municipios a aprovechar el potencial que ofrecen las personas mayores. En las sociedades modernas, cada vez más envejecidas, las personas mayores deben suponer un recurso muy valorado para la familia, la comunidad y la sostenibilidad de la economía. (OMS, 2007).
Por esta serie de motivos, este proyecto cuenta con los siguientes objetivos generales:
Junto al envejecimiento de la población, está teniendo lugar un veloz proceso de urbanización. A escala mundial, el porcentaje de personas mayores que viven en zonas urbanas será, en 2030, dieciséis veces mayor al actual. Para ese mismo año el 81,1% de la población española residirá en entornos completamente urbanos. (INE, 2008).
Como respuesta a ambas tendencias interrelacionadas, la OMS promueve el Proyecto Red Mundial Ciudades Amigables con las Personas Mayores (Age- Friendly Cities Project-AFC), con el fin de ayudar a ciudades y municipios a aprovechar el potencial que ofrecen las personas mayores. En las sociedades modernas, cada vez más envejecidas, las personas mayores deben suponer un recurso muy valorado para la familia, la comunidad y la sostenibilidad de la economía. (OMS, 2007).
Por esta serie de motivos, este proyecto cuenta con los siguientes objetivos generales:
• Fomentar procesos de participación comunitaria.
• Aprovechar el potencial que constituyen las personas de edad avanzada en la vida ciudadana.
• Introducir cambios en las distintas áreas competenciales del municipio a fin de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Una ciudad amigable con las personas mayores debe reajustar sus estructuras y servicios para brindar calidad, seguridad y confort a todas las personas, favoreciendo así su participación en todas las esferas de la vida social. No hay que olvidar que una ciudad amigable es una ciudad diseñada para todas las edades, y no únicamente encaminada a conseguir mejoras para la población mayor. Por tanto, las ventajas y beneficios de una ciudad así son disfrutados por las personas de todas las edades:
• Los edificios y las calles libres de barreras optimizan la movilidad e independencia de las personas con discapacidad, tanto jóvenes como mayores.
• Un entorno seguro en los barrios permite a niños, jóvenes y personas mayores salir al exterior con confianza y participar activamente en cualquier tipo de iniciativa social o de ocio.
• Las familias tienen menos presión cuando sus integrantes de mayor edad cuentan con el apoyo comunitario, público y privado, y de los servicios de salud.
• La comunidad se beneficia de la participación de las personas mayores en el trabajo voluntario o remunerado.
• La economía local se favorece debido a la participación activa de las personas mayores en los distintos ámbitos.
• Los edificios y las calles libres de barreras optimizan la movilidad e independencia de las personas con discapacidad, tanto jóvenes como mayores.
• Un entorno seguro en los barrios permite a niños, jóvenes y personas mayores salir al exterior con confianza y participar activamente en cualquier tipo de iniciativa social o de ocio.
• Las familias tienen menos presión cuando sus integrantes de mayor edad cuentan con el apoyo comunitario, público y privado, y de los servicios de salud.
• La comunidad se beneficia de la participación de las personas mayores en el trabajo voluntario o remunerado.
• La economía local se favorece debido a la participación activa de las personas mayores en los distintos ámbitos.
El marco de referencia del que emerge este proyecto es el paradigma del envejecimiento activo, que es sin duda, un factor que contribuye al mantenimiento de la capacidad funcional de los individuos, con todas las ventajas que esto entraña, tanto a nivel personal como familiar o social. En una ciudad amigable con los mayores, las políticas, los servicios, los entornos y las estructuras, apoyan y facilitan el envejecimiento activo de las personas. (Del Barrio y Sancho, 2009).
Por último, cabe indicar que en 2012 la OMS y el IMSERSO firmaron un Convenio de Colaboración, mediante el que el IMSERSO es el organismo encargado de promocionar y apoyar este proyecto en nuestro país, difundiendo e impulsando la adhesión de los ayuntamientos a la Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores. Concretamente, el Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT), es el encargado de gestionar este apoyo y asesoramiento a los ayuntamientos interesados. (IMSERSO, 2016).
El siguiente vídeo muestra el compromiso de Bilbao con este proyecto:
Bibliografía:
Del Barrio, E.; Sancho, M. (2009). Proyecto red mundial de ciudades amigables con las personas mayores. Madrid: Instituto de Mayores y Servicios Sociales. [en línea] Recuperado de http://ciudadesamigables.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/boletinopm39.pdf [Consultado 7 abril 2016]
IMSERSO (2016). Curso: ¿Cómo ser una Ciudad Amigable con las Personas Mayores? Madrid: Instituto de Mayores y Servicios Sociales. [en línea] Recuperado de http://cuidadores.unir.net/images/pdf/Presentacion-y-contenido-del-curso-de-ciudades-amigables-con-las-personas-mayores.pdf [Consultado 8 abril 2016]
Eyanira Blanco Prados
Facultad de Trabajo Social
Universidad Complutense de Madrid
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